¿Recuerdas cómo odias colgar luces navideñas cuando hace mucho frío afuera? Tampoco serás feliz preparando la casa de tu perro para el invierno con esas temperaturas. En otras palabras, se estará haciendo un gran favor si reserva algunas horas para esta actividad ahora, mientras el clima es cálido. Si su cachorro fue criado para trabajar y vivir al aire libre, es probable que ya le haya proporcionado las adaptaciones adecuadas para mantenerlo seguro y saludable en cada temporada. A medida que las temperaturas se preparan para cambiar nuevamente, siga estos sencillos pasos para asegurarse de que la casa de su perro esté lista para el invierno.

Mira de cerca

El primer paso comienza con una inspección visual. Eche un vistazo de cerca a cómo se desgasta la estructura. La mayoría de las casas para perros durarán varios años, pero su durabilidad depende del clima en el que se encuentren y de cuán expuestas estén a los elementos. Incluso los efectos de una temporada dura pueden dañar la integridad de la estructura. Busque signos evidentes de grietas en las paredes, el piso y el techo. Use masilla de silicona para sellar cualquier separación que se haya desarrollado y pruebe la estabilidad de la estructura misma. Asegúrese de que pueda soportar el viento invernal más duro y las nevadas más intensas que pueda generar su clima.

Añadir una puerta para perros

Una puerta abierta en la caseta del perro durante el verano funciona muy bien para la ventilación, pero querrá agregar una cubierta para ayudar a mantener el calor cuando hace frío. Para hacerlo más fácil, mida la abertura, luego compre una alfombra de baño de goma con dimensiones ligeramente más grandes. Córtelo a la medida y asegúrelo a la casa del perro de manera adecuada. Una pieza de alfombra o tapete pesado también funciona bien, aunque recuerde: la tela puede volverse pesada y saturada cuando se expone a la lluvia, el hielo y la nieve.

Encuentre una ubicación ideal

Aunque algunos perros tienen pelajes más gruesos que toleran la sensación térmica mejor que otros, todos los perros sienten un viento muy frío. Entonces, considere mudar la casa de su perro a una parte más protegida del jardín. Si sabe en qué dirección suele soplar el viento en su clima, coloque la caseta para perros de manera que la entrada esté alejada de la ráfaga. Si es posible, mueva la caseta del perro debajo de un voladizo en su casa con la puerta hacia una pared exterior para aprovechar la protección adicional.

Aislar por dentro y por fuera

Afuera

Una vez que haya sellado todas las grietas y hendiduras, puede reducir aún más los efectos del viento envolviendo toda la casa con una lona impermeable o láminas de plástico. Asegure la envoltura para evitar que la humedad se acumule y provoque moho o pudra la madera. Retíralo la próxima temporada cuando suban las temperaturas. Levanta la caseta del perro del suelo colocando una tarima de madera debajo. Esto pone una barrera adicional entre el suelo frío y el cuerpo de tu perro. Elige un palé del mismo tamaño o un poco más grande que la caseta de tu perro. Coloque láminas de espuma rígida entre la caseta del perro y la tarima para mayor protección.

En el interior

Los materiales naturales como las astillas de cedro o la paja crean un sustrato acogedor para que su perro se acueste. Estos materiales actuarán como una barrera aislante entre su perro y el piso de la caseta. También son buenos para retener el calor corporal de su perro y son fáciles de reponer a medida que se ensucian. Para mayor calidez, considere arrojar algunas mantas térmicas o alfombras para que sea más acogedor para su perro. Además, puede colocar alfombras, mantas viejas o tapetes en las paredes para ayudar a retener el calor, especialmente si la casa de su perro está hecha de un material no aislado como el plástico.

Sepa cuándo llevarlo adentro

Incluso si su perro está acostumbrado a estar afuera todo el invierno, siempre es una buena idea llevarlo adentro cuando el clima se vuelve severo. Los expertos están de acuerdo en que todas las mascotas deben entrar si la temperatura desciende por debajo de los 20 grados Fahrenheit. Incluso si no hace tanto frío, asegúrese de controlar a su mascota en busca de signos de angustia durante todo el invierno. Los lloriqueos, los escalofríos, el comportamiento ansioso y las madrigueras son signos de que tu cachorro tiene un frío peligroso. Las mascotas mayores, así como aquellas con problemas de salud como enfermedades cardíacas, diabetes o artritis, pueden tener problemas para regular la temperatura de su cuerpo y pueden sentirse más cómodas en el interior. Además, recuerda que nuestros perros son animales de carga. Gracias a la domesticación, buscan a su humano favorito como líder de la manada. Como resultado, no importa cuán acogedora sea la perrera exterior, nada se compara con acurrucarse con su familia humana frente a una chimenea rugiente en una fría noche de invierno.

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