Por supuesto, el hecho de que a tu perro le guste comer lo mismo que a ti no significa que deba hacerlo. La obesidad, un problema común entre los perros domésticos, puede provocar problemas de salud graves como diabetes, enfermedades cardíacas y problemas ortopédicos. Y algunos alimentos son francamente tóxicos. El chocolate, el aguacate y las uvas están en una lista de alimentos que pueden causar desde problemas gastrointestinales hasta la muerte. Entonces, ¿qué pasa con la leche y los productos lácteos, como el yogur y el helado? ¿Son seguros para que los perros los coman? Eso depende.
perros y lácteos
Los cachorros producen una enzima especial llamada lactasa cuando están amamantando, la cual es necesaria para digerir el azúcar de lactosa que reciben de la leche de su madre. Dejan de producir tanta cantidad de esta enzima una vez destetados, lo que les dificulta digerir la lactosa de la leche de vaca o cabra que compramos en el supermercado. Además, la leche tiene altas concentraciones de grasa, así como carbohidratos que se descomponen en azúcar. Además de la obesidad, consumir demasiados de estos componentes puede provocar pancreatitis (hinchazón e inflamación del páncreas) que interfiere con la capacidad de tu perro para digerir los alimentos y regular el azúcar en la sangre. Aunque la leche también está llena de proteínas, calcio y vitaminas A, D y B12, es mucho más saludable para tu perro obtener estos nutrientes de fuentes no lácteas.
¿Es perjudicial para mi perro beber leche?
Posiblemente. Una vez que tu cachorro es destetado y ya no produce tanta lactasa, es posible que se vuelva intolerante a la lactosa, lo que significa que su cuerpo no puede digerir el azúcar de la lactosa. Los síntomas de la intolerancia a la lactosa incluyen:
Diarrea Vómitos Distensión Gases
Otro problema común con los perros son las alergias a los lácteos. Los perros con esta condición son sensibles a las proteínas que se encuentran en los lácteos. Los síntomas incluyen los que experimentan los perros intolerantes a la lactosa, así como problemas potencialmente más graves como picazón, enrojecimiento de la piel, urticaria, hinchazón de la cara y dificultad para respirar. En cualquier caso, la mejor manera de saber si su perro tiene estas sensibilidades es introducirle lácteos en pequeñas cantidades primero y observarlo cuidadosamente. Si presenta algún síntoma de intolerancia a la lactosa o alergia a los lácteos, encuentre un refrigerio alternativo para que disfrute.
¿Cuánta leche es adecuada?
¿Significa todo esto que no puedes obsequiar a tu perro con leche u otros productos lácteos de vez en cuando? De nada. Siempre que su perro no sea intolerante a la lactosa o no tenga alergia a los lácteos, permitirle lamer el contenido restante de su envase de yogur una vez que haya terminado o tomar el último bocado de su cono de helado no está completamente agotado. de la pregunta Por supuesto, la moderación es clave. Los bocadillos solo deben representar no más del 10 % de la ingesta calórica diaria total de su perro, así que tenga cuidado con las calorías. Una porción de ½ taza de helado de vainilla puede contener 137 calorías, y una rebanada de queso cheddar tiene 113 calorías. Consulte con su veterinario para ver cuántas calorías son apropiadas para el tamaño, la edad y el peso de su perro antes de permitirle disfrutar.
Alternativas de snacks saludables
Si su objetivo es alimentar a su perro con refrigerios nutritivos, considere estas alternativas saludables a los lácteos:
La mantequilla de maní es rica en proteínas, grasas saludables, niacina y vitaminas B y E. Cuando sea posible, elija variedades sin sal y sin azúcar agregada. Además, asegúrese de que la marca no use xilitol. Las zanahorias son una delicia dulce con un sabroso crujido. También están repletos de vitaminas y minerales, como el betacaroteno, la vitamina K y el potasio. Las rodajas de manzana son una buena fuente de fibra junto con las vitaminas A y C. Como beneficio adicional, hacen que el aliento de tu perro huela mejor. Recuerde quitar las semillas y el corazón antes de compartir.
Como recordatorio, consulte siempre con su veterinario antes de cambiar la dieta de su perro. Su consejo se basará en la edad, el peso y el tamaño de su perro, junto con cualquier problema de salud relacionado con la raza de su perro y el clima en el que vive. Juntos, los dos pueden determinar qué alimento es el más saludable para su mascota, independientemente de si contiene lácteos.
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